Somos tan inteligentes que el neurocórtex se impone al cerebro reptiliano para comer más postre aunque estemos satisfechos. Es decir, cuando normalmente ya no seguiríamos comiendo, pareciera que siempre tenemos espacio para un delicioso postre.
Esto puede tener que ver con que aunque nuestro cerebro es aproximadamente el 2% de nuestro peso corporal, en promedio se gasta el 20% de la energía de la glucosa que produce nuestro cuerpo.
Pero como todo, nada con exceso y todo con azúcar… digo ¡todo con medida! y es que el consumo de azúcar en exceso nos puede volver adictos, ya que las áreas del cerebro que se activan con el consumo de azúcar están relacionados con el placer y la recompensa.
Además nuevos hallazgos han revelado que también pueden tener efectos negativos a nivel cerebral, produciendo inflamación o reacciones de carácter emocional, como pueden ser los siguientes:
* Hiperactividad infantil.
* Fatiga.
* Insomnio.
* Ansiedad.
* Demencia.
* Depresión.
Otro problema que pueden padecer las personas que consumen azúcar en exceso, según estudios científicos, es tener peor memoria. Esto es así debido a que, cuando existen niveles elevados de glucosa en sangre, el cerebro va a intentar metabolizarla produciéndose un daño en el hipocampo
Otro de los efectos que puede llegar a traer el alto consumo de azúcar es el de un mayor nivel de estrés.
Por todo esto, aunque el azúcar es necesaria para producir la energía que necesita nuestro cuerpo, debemos cuidar la cantidad que consumimos a diario.
¿Cuál es tu postre favorito?
Burnett, Dean. El cerebro idiota. México 2017, Ed. Planeta.
