Cuando era estudiante una de mis frases favoritas era “La noche es larga y el café barato”… si hubiera sabido que aprendes más y realmente fijas la memoria a largo plazo cuando duermes me hubiera desvelado menos.
Cualquier sustancia, actividad o comportamiento en exceso puede ser dañino para nuestra salud.
En el caso de la cafeína se ha descubierto que si bien tiene beneficios en nuestro organismo (en el que hablamos en un post anterior), un escaso en su consumo (+300 mg promedio al día) nos puede producir efectos contraproducentes.
Hay que recordar que uno de los efectos de la cafeína es engañar a nuestro cerebro y ayuda a liberar neurotransmisores que están relacionados con el estado de alerta, atención y motivación.
Sin embargo, esto le quita la capacidad a nuestro cerebro para reconocer la falta de energía y la necesidad de descanso.
El exceso de cafeína nos puede generar hiperactividad, sensación de ansiedad y angustia, así como irritabilidad emocional. Esto pues deriva en el típico insomnio, (hay gente que no puede tomar café después de las 5pm porque no puede dormir).
Tomar mucho café por mucho tiempo también nos puede llevar a un estado de estrés crónico, que sumado a la causa “normal” para tomar mucho café, relacionada con tener mucho trabajo, estar en periodo de exámenes o estar bajo presiones personales, pues nos puede crear un círculo vicioso que puede ser nocivo para la salud.
Hay muchas bebidas que contienen cafeína, no solo el café tiene estos efectos, también: el té negro, el té verde, los refrescos de cola y obviamente muchas bebidas energéticas.
Aunque la sensibilidad a la cafeína varía en cada persona, es curioso (solo como dato cero científico), pero la mayoría de las personas que conozco que sufren de insomnio habitualmente también consumen cafeína en altas cantidades… ¿será que les ayude tomar menos cafeína?